Corea del Norte: Entre la Propaganda y la Realidad

La República Popular Democrática de Corea (RPDC) no es una tiranía aislada como la describen los aparatos de propaganda del imperialismo occidental. Por el contrario, representa un proyecto socialista soberano que ha desarrollado una vía única y resiliente (la idea Juche) como respuesta directa y necesaria a más de setenta años de cerco militar, guerra económica y demonización ideológica liderada por el imperialismo estadounidense. Para comprender la realidad de la RPDC, hay que analizar su modelo en sus propios términos, desmantelando las falsedades de la propaganda capitalista y situándolo en su ineludible contexto histórico. Además, combinaremos el marco teórico del socialismo coreano con la experiencia directa y los testimonios de Alejandro Cao de Benós, Delegado Especial del Comité de Relaciones Culturales con el Extranjero, quien ha vivido y trabajado con la RPDC durante más de treinta años.

Primero, te enseñaré la base filosófica y política de la idea Juche, el pilar ideológico del Estado coreano. Segundo, detallaré los logros materiales de su economía planificada, centrada en el bienestar del pueblo. Tercero, haré una comparación crítica entre el modelo coreano, las contradicciones inherentes del capitalismo (ejemplificadas por Estados Unidos) y la vía de mercado adoptada por la República Popular China. Finalmente, deconstruiré el uso cínico y politizado del discurso de los "derechos humanos" como un arma ideológica para atacar la soberanía de la RPDC, presentando la defensa y la concepción de los derechos desde la perspectiva coreana.

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La Idea Juche

La idea Juche es la aplicación creativa del marxismo-leninismo a las condiciones históricas y materiales específicas de Corea. Su principio filosófico fundamental, articulado por el Presidente Kim Il Sung, es que "el hombre y la mujer son los dueños de todo y deciden todo", lo que se traduce políticamente en que las masas populares son las propietarias de la revolución y la construcción socialista.

Esta ideología no surgió en un vacío teórico, sino de la fragua de la lucha revolucionaria contra la brutal ocupación japonesa y, posteriormente, de la necesidad de afirmar la independencia del proyecto socialista coreano frente a las presiones externas, incluido el revisionismo que emanaba de la Unión Soviética tras la muerte de Stalin. La suspensión del apoyo soviético en ese período reforzó la convicción de que la única vía para la supervivencia y el éxito de la revolución era la autosuficiencia.

La idea Juche se sostiene sobre tres pilares interconectados que garantizan la soberanía total del pueblo:

  • Chaju (Independencia Política). La soberanía absoluta en la toma de decisiones políticas, tanto internas como externas, rechazando categóricamente la tutela o interferencia de potencias extranjeras.
  • Charip (Autosuficiencia Económica). La construcción de una economía nacional independiente y planificada, que no esté subordinada a las fluctuaciones y dictados de los mercados capitalistas globales, garantizando que los recursos de la nación sirvan al pueblo.
  • Chawi (Autodefensa Militar). El desarrollo de una capacidad militar robusta y autónoma, capaz de defender la soberanía revolucionaria y el Estado socialista contra cualquier agresión externa.

La política Songun, o "Primero lo Militar", no debe ser malinterpretada como una ideología expansionista o agresiva. Es, en realidad, la manifestación estratégica y materialmente necesaria del pilar Chawi (autodefensa).

Desde el armisticio de 1953, la RPDC ha vivido bajo una amenaza existencial constante. Decenas de miles de tropas estadounidenses permanecen estacionadas en el sur de la península, realizando anualmente ejercicios militares a gran escala que simulan una invasión del Norte, y Washington blande continuamente la amenaza de un ataque nuclearEn este contexto, priorizar la capacidad de defensa no es una elección, sino la única garantía material para la supervivencia del Estado socialista. Es la condición previa indispensable para cualquier desarrollo económico, social o cultural.

El desarrollo de un arsenal nuclear por parte de la RPDC, condenado hipócritamente por las mismas potencias que poseen miles de ojivas, debe entenderse en esta misma lógica defensiva. Es una medida disuasoria puramente defensiva, destinada a prevenir una agresión imperialista como las que devastaron Irak y Libia, naciones que fueron destruidas precisamente después de renunciar a sus capacidades de disuasión. La política Songun y la capacidad nuclear son, por tanto, el escudo que protege el proyecto soberano del Juche.

La amenaza militar imperialista es la contradicción externa principal que enfrenta la RPDC. La política Songun es la tesis, la respuesta directa y racional a esta amenaza. La ideología Juche, con su objetivo de soberanía y autosuficiencia, es la antítesis, el proyecto a largo plazo que la amenaza imperialista busca impedir. La síntesis es el Estado norcoreano actual: un sistema donde la militarización no es un fin en sí mismo, sino el medio necesario para proteger el espacio en el que el proyecto de soberanía Juche puede intentar desarrollarse. Sin la amenaza, Songun sería innecesario; sin el propósito revolucionario del Juche, Songun carecería de sentido.

La concepción coreana del poder se articula en torno a la unidad monolítica del Líder, el Partido del Trabajo de Corea y las masas, que forman un ente sociopolítico integrado. La propaganda burguesa caricaturiza esta estructura como una simple "dictadura", pero desde una perspectiva materialista, su función es muy diferente. El Líder no es un déspota, sino el "cerebro" del organismo sociopolítico, el centro que proporciona la dirección ideológica y estratégica unificada, garantizando la cohesión en la lucha revolucionaria. Culturalmente, es visto como un abuji (padre), el jefe de la gran familia nacional, lo que explica la profunda conexión afectiva del pueblo con su figuraEl Partido del Trabajo de Corea actúa como el sistema nervioso, el destacamento de vanguardia que transmite la línea política, organiza a las masas y conecta al líder con el pueblo. Finalmente, las masas son el cuerpo, la fuerza motriz de la historia, los dueños de la revolución.

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Este modelo colectivista, basado en la unidad y el propósito común, se contrapone radicalmente a la farsa de la "democracia" burguesa. En el sistema capitalista, el individuo está atomizado, alienado y enfrentado a sus semejantes en una competencia perpetua. El poder político real no reside en el pueblo, sino en una oligarquía económica que controla el Estado, los medios de comunicación y el proceso electoral, creando una dictadura de clase disfrazada de pluralismo. El modelo Juche, en cambio, busca superar esta alienación a través de la unidad consciente de todo el pueblo en la construcción de un destino común.

El Sistema de Representatividad

El Artículo 4 de la Constitución Socialista de la RPDC estipula que "la soberanía de la RPDC reside en los obreros, campesinos, soldados e intelectuales trabajadores". La ejercen a través de sus órganos representativos: la Asamblea Popular Suprema y las asambleas populares locales. Este principio leninista, adaptado a las condiciones de Corea, combina la discusión democrática con la unidad de acción. Las políticas se debaten ampliamente en las células del Partido y en las asambleas. Se escuchan las opiniones de las masas. Una vez que se adopta una decisión por mayoría, esta es vinculante para todos y se aplica con una voluntad de hierro. Esto garantiza la eficiencia y la unidad, evitando la parálisis y el caos de los sistemas parlamentarios burgueses donde priman los intereses partidistas.

A diferencia de los políticos de Occidente, totalmente desconectados de sus electores, los diputados de las Asambleas Populares en la RPDC son trabajadores ejemplares: obreros, campesinos, científicos, maestros y soldados. Siguen en sus puestos de trabajo y viven entre el pueblo, lo que garantiza que conocen sus necesidades y aspiraciones de primera mano y legislan en consecuencia. Son verdaderos servidores del pueblo, no una élite política.

En pocas palabras, el modelo norcoreano representa una forma superior de democracia: la democracia socialista centrada en las masas populares. Los bulos occidentales se basan en una ignorancia deliberada de sus principios y en la aplicación de criterios liberales-burgueses a una realidad socialista. El sistema electoral no es una farsa, sino la manifestación de la unidad y la voluntad política de un pueblo entero que, bajo la dirección de su Partido y su Líder, construye libre y soberanamente su propio destino frente a la hostilidad constante del imperialismo.

La Construcción Económica Socialista

El sistema económico de la RPDC está diseñado para servir a un único propósito: el bienestar del pueblo y la construcción del socialismo. La Constitución Socialista establece inequívocamente que el país "se sustenta en las relaciones socialistas de producción y en la base de la economía nacional autosuficiente". Esto se materializa en la abolición de la propiedad privada sobre los medios de producción, que son propiedad del Estado (representando a todo el pueblo) y de las organizaciones sociales y cooperativas (propiedad colectiva).

El Artículo 21 de la Constitución especifica que la propiedad estatal abarca todos los recursos naturales, los ferrocarriles, el transporte aéreo, las comunicaciones, las fábricas y empresas principales, los puertos y los bancosEste control estatal sobre los sectores estratégicos de la economía asegura que la riqueza generada por el trabajo colectivo de la nación se reinvierta en el desarrollo social y no sea acaparada por una élite capitalista. Consecuentemente, como estipula el Artículo 29, el trabajo en la RPDC es una actividad "independiente y creadora" realizada por trabajadores "liberados de la explotación y opresión", en una sociedad que no conoce el desempleo.

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Esta estructura económica no debe ser juzgada con las métricas capitalistas de "crecimiento del PIB" o "eficiencia de mercado". Su éxito se mide por su capacidad de resiliencia frente a una guerra económica sin precedentes. Una economía de mercado, dependiente del comercio y la inversión extranjera, se habría derrumbado hace décadas bajo el brutal régimen de sanciones impuesto por Estados Unidos y sus aliados.

La economía planificada y autosuficiente, aunque enfrenta enormes dificultades y escasez a causa de este bloqueo, está diseñada estructuralmente para resistir el asedio. Como ha explicado Cao de Benós en varias ocasiones, la "Ardua Marcha" de los años 90 no fue un fallo del sistema Juche, sino la consecuencia directa del colapso de la URSS, que privó a la RPDC de sus socios comerciales, combinado con el recrudecimiento de las sanciones y desastres naturales. Su mayor logro no es la acumulación de capital, sino la supervivencia soberana y la provisión continua de servicios sociales universales. La planificación central es, por tanto, una herramienta de defensa nacional y de organización económica.

A diferencia de las economías capitalistas, donde derechos humanos básicos como la salud, la vivienda y la educación son mercancías sujetas a la capacidad de pago del individuo, el modelo socialista coreano los consagra como derechos universales garantizados por el Estado.

  • Vivienda. El Estado tiene el deber constitucional de proveer vivienda a todos los ciudadanos. Esto se traduce en proyectos masivos de construcción, como los que se observan en Pyongyang y otras regiones, donde se entregan apartamentos modernos a los trabajadores, científicos y demás ciudadanos de forma totalmente gratuita. Según Cao de Benós, las viviendas se entregan listas para habitar, completamente amuebladas y equipadas, incluyendo los retratos de los líderes Kim Il Sung y Kim Jong Il, considerados parte de la familia.
  • Salud. La RPDC implantó un sistema de atención médica universal y gratuita en 1953, en plena Guerra de Corea, una hazaña que demuestra la inquebrantable prioridad del bienestar del pueblo. Este derecho está garantizado por la Constitución y leyes específicas como la Ley de Salud Pública, asegurando que nadie sea privado de atención médica por razones económicas.
  • Educación. El Estado provee un sistema de educación obligatoria y gratuita de 12 años, que abarca desde el nivel preescolar hasta la secundaria superior. El objetivo, como se establece en la Constitución, es "hacer a toda la sociedad intelectual", capacitando a todo el pueblo para ser constructores del socialismo.
  • Empleo. El desempleo, una plaga endémica e incurable del sistema capitalista que funciona como un mecanismo para disciplinar a la clase trabajadora, es desconocido en la RPDC. El trabajo es un derecho y un deber social garantizado para todos los ciudadanos en edad de trabajar. La horquilla salarial es estrecha para evitar grandes desigualdades, y los trabajos más duros, como los de los mineros y agricultores, son los que reciben una remuneración más alta.

La vida cotidiana, por tanto, transcurre sin las ansiedades que definen al capitalismo. No existen ni la mendicidad ni el sinhogarismo. Las relaciones humanas no están mercantilizadas; se basan en la camaradería y la ayuda mutua. El ocio es accesible para todos, con una vida social activa en parques, cines, teatros y los populares karaokes, que funcionan como centros de reunión para los jóvenes. Incluso en el ámbito laboral, se promueven mecanismos como las "sesiones de crítica y autocrítica", que, lejos de ser herramientas represivas, funcionan como asambleas democráticas donde los trabajadores discuten abiertamente cómo mejorar la producción y solucionar problemas, reforzando el control colectivo sobre su trabajo.

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Análisis Comparativo

La supuesta superioridad del sistema capitalista se desmorona ante un análisis de sus contradicciones internas, particularmente visibles en su centro imperialista, Estados Unidos.

  • Desigualdad Estructural. Estados Unidos es una de las sociedades más desiguales del mundo desarrollado. El coeficiente de Gini, que mide la disparidad de ingresos (donde 0 es la igualdad perfecta y 1 la desigualdad absoluta), alcanzó un valor de 41,8 en 2023, superando con creces el umbral de 0,4 considerado internacionalmente como una "línea de alerta" que indica niveles peligrosos de desigualdad social. Esta cifra no es una anomalía, sino el resultado lógico de un sistema diseñado para concentrar la riqueza en la clase capitalista a expensas de la clase trabajadora. Para que seais conscientes del contraste, el índice de Gini de Corea del Norte fue de 16,6 en 2020.
  • La Crisis de la Vivienda y el Sinhogarismo. El fracaso más palpable del mercado para satisfacer las necesidades humanas básicas es la crisis de la vivienda. En Estados Unidos, en 2024, más de 771.480 personas se encontraban sin hogar, una cifra que representa un alarmante aumento del 18% en un solo año. En la ciudad de Nueva York, uno de los centros financieros del mundo, más de 100.000 personas, incluyendo decenas de miles de niños, duermen en refugios cada noche. Este fenómeno de sinhogarismo masivo es una prueba irrefutable de que, en el capitalismo, un techo no es un derecho, sino un privilegio. Cao de Benós explicó su propia experiencia viviendo en Palo Alto, California, el corazón de Silicon Valley, donde presenció cómo, al caer la noche, las calles flanqueadas por mansiones de lujo se llenaban de cientos de personas sin hogar, una postal cruda de la coexistencia de la opulencia extrema y la miseria absoluta.
  • La Mercantilización de la Vida. En el sistema capitalista, todo se convierte en mercancía. La salud depende de seguros privados muy caros, la educación superior genera deudas de por vida y la vivienda está sujeta a la especulación del mercado inmobiliario. La exclusión y la miseria de millones de personas no son un fallo del sistema, sino su funcionamiento normal y necesario, que requiere un "ejército de reserva" de desempleados y una subclase marginada para mantener los salarios bajos y la disciplina social. Esta es una realidad estructuralmente imposible en el modelo socialista coreano, que desmercantiliza las necesidades básicas de la vida.

Derechos Humanos

El discurso de los "derechos humanos", tal y como es promovido por las potencias occidentales, es una de las armas ideológicas más potentes del arsenal imperialista. Como analizó Karl Marx en "Sobre la cuestión judía", los "derechos del hombre" proclamados por las revoluciones burguesas no son universales, sino los derechos del individuo egoísta de la sociedad burguesa: el derecho a la propiedad privada, a la seguridad en la búsqueda del lucro y a la libertad de explotar a otrosEste marco jurídico enmascara la realidad de la explotación de clase y presenta las relaciones de producción capitalistas como si fueran un contrato libre entre iguales.

En la era contemporánea, este discurso ha sido instrumentalizado para legitimar la agresión imperialista. Las intervenciones militares, los golpes de estado y las sanciones económicas se justifican cínicamente en nombre de la "democracia" y los "derechos humanos"La aplicación altamente selectiva de esta "preocupación" (demonizando a Estados que, como la RPDC, defienden su soberanía, mientras se apoya a dictaduras sanguinarias aliadas de Washington) revela su verdadera naturaleza: no es un principio ético, sino una herramienta de política exterior para desestabilizar a los adversarios.

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Los informes sobre la situación de los derechos humanos en la RPDC, elaborados por diversos organismos de la ONU, son un ejemplo paradigmático de esta instrumentalización. El mecanismo del Examen Periódico Universal (EPU) permite que la información se base no solo en los informes del Estado y de los órganos de la ONU, sino también en aportaciones de "otras partes interesadas".

En el caso de la RPDC, estas "partes" son predominantemente ONGs financiadas por gobiernos occidentales y grupos de desertores, cuyos testimonios a menudo son incentivados y amplificados por los servicios de inteligencia de Corea del Sur y Estados Unidos.

Las acusaciones más graves, como la existencia de "campos de prisioneros políticos" o la comisión de "crímenes de lesa humanidad", se construyen sobre esta base de fuentes no verificables y políticamente comprometidas, formando parte de una campaña de guerra psicológica diseñada para aislar y deslegitimar al gobierno de la RPDC.

La RPDC presenta una concepción de los derechos humanos radicalmente diferente, basada en el colectivismo y la primacía de los derechos socioeconómicos. Como establece el Artículo 63 de su Constitución, los derechos y deberes del ciudadano se basan en el principio colectivista de "uno para todos y todos para uno". El Estado socialista no solo se abstiene de violar derechos, sino que tiene el deber activo de garantizar las condiciones materiales para una vida digna. La RPDC sostiene que los "auténticos derechos y libertad democráticos" se garantizan y se amplían con la consolidación y el desarrollo del régimen socialista.

En sus informes oficiales presentados ante el EPU de la ONU, la RPDC detalla sus logros legislativos y prácticos en la promoción de los derechos socioeconómicos, la protección de los derechos de las mujeres, los niños y las personas con discapacidad, y la mejora constante de las condiciones de vida del pueblo. Al mismo tiempo, rechaza categóricamente las resoluciones politizadas en su contra, calificándolas correctamente como "una grave provocación política y una intolerable violación de la soberanía del país, calculada para difamar y demonizar su sistema socialista".

El paradigma liberal-burgués parte del individuo abstracto y atomizado, priorizando las libertades negativas (libertad de la interferencia del Estado). El paradigma socialista-colectivista de la RPDC parte de la comunidad y prioriza los derechos positivos y sustantivos (el derecho a la vivienda, la salud, el trabajo), que son garantizados activamente por el Estado. Los informes de la ONU intentan juzgar el segundo paradigma utilizando los criterios del primero, lo cual es una falacia categórica. La verdadera tarea analítica no es "verificar" acusaciones enmarcadas en una ideología hostil, sino comprender que la RPDC opera bajo una concepción del derecho, la libertad y la dignidad humana radicalmente diferente, una que el liberalismo es estructuralmente incapaz de comprender o valorar.

Desmintiendo Bulos

  • "Corea del Norte es una dictadura hereditaria."

En la RPDC, el poder reside en el pueblo trabajador: obreros, campesinos e intelectuales. El órgano supremo del poder del Estado es la Asamblea Popular Suprema (APS), cuyos diputados son elegidos por el pueblo. La APS es la que elige al Presidente de la Comisión de Asuntos de Estado, el máximo dirigente del país. Por tanto, el cargo no es hereditario, sino que es ratificado por los representantes directos del pueblo. La continuidad en el liderazgo de la familia Kim responde a la confianza y el respeto ganados a lo largo de décadas de lucha antiimperialista y construcción socialista, un liderazgo que el pueblo, a través de sus representantes, ha decidido refrendar. Se le considera el centro de la unidad y la encarnación de la voluntad popular, no un monarca.

  • "No existen elecciones o son una farsa con un solo candidato."

Esta es una de las distorsiones más flagrantes. La democracia liberal burguesa, con su circo de partidos financiados por corporaciones, no es el único ni el más genuino modelo de democracia. En la RPDC, las elecciones a las Asambleas Populares (locales y la Suprema) se celebran regularmente. El proceso funciona de la siguiente manera:

    • Los candidatos no son impuestos por un partido, sino que son recomendados y postulados por colectivos de trabajadores en fábricas, granjas cooperativas y comités vecinales. Se valora su servicio a la comunidad y su compromiso con la revolución.
    • Los candidatos son presentados bajo el Frente Democrático para la Reunificación de la Patria. Este frente agrupa al partido de vanguardia, el Partido del Trabajo de Corea, pero también a otros partidos como el Partido Socialdemócrata de Corea y el Partido Chondoísta Chong-u, además de organizaciones de masas. Esto no representa una falta de opciones, sino la unidad de todo el pueblo en torno a un proyecto común: la construcción del socialismo. La lucha de clases en un sistema socialista no se expresa a través de la competencia entre partidos que representan intereses antagónicos (como la clase obrera contra la burguesía), sino a través de la unidad para avanzar hacia el comunismo.
    • El día de las elecciones, el pueblo acude a las urnas para aprobar o rechazar al candidato propuesto para su distrito. La participación, cercana al 100%, y el voto unánime a favor no son signos de coacción, sino la máxima expresión de la unidad monolítica (일심단결, Ilsim-dangyol) entre el líder, el Partido y las masas. Esto es algo impensable en las sociedades capitalistas fracturadas por la lucha de clases y el individualismo.
  • "No hay libertad de expresión ni pluralidad política."

La libertad en el socialismo coreano se concibe de forma colectiva. La libertad individual no puede existir a expensas del interés de la sociedad. La llamada "libertad de expresión" en Occidente es, en la práctica, la libertad de la burguesía para difundir su ideología a través de sus monopolios mediáticos. En la RPDC, los medios de comunicación son propiedad del pueblo y sirven para educar y movilizar a las masas en la construcción socialista. La pluralidad política se manifiesta dentro del sistema, en los debates de las asambleas populares y los comités del Partido para encontrar la mejor manera de aplicar las políticas, no en la formación de partidos contrarrevolucionarios que busquen restaurar el capitalismo y someter al país al imperialismo extranjero.

  • "Todos los hombres están obligados a llevar el pelo como el Líder Kim Jong Un."

Este es quizás uno de los bulos más ridículos y un ejemplo perfecto de cómo funciona la maquinaria de desinformación occidental. La historia se originó como un rumor satírico que los medios de comunicación internacionales, en su afán por generar titulares hostiles, reportaron como una noticia verídica sin ninguna verificación.

La realidad es simple: no existe tal ley. Un simple vistazo a cualquier fotografía o vídeo no manipulado de las calles de Pyongyang, de sus universidades o centros de trabajo, muestra a hombres con una variedad de cortes de pelo cortos y aseados. Lo que sí existe es una cultura que promueve un estilo cuidado y modesto, en contraposición a las modas consideradas extravagantes o influenciadas por el capitalismo occidental. Se recomiendan estilos que reflejen la dignidad y la disciplina del hombre coreano, pero la elección dentro de ese marco es personal. Este bulo no solo es falso, sino que insulta la inteligencia, esperando que la gente crea que un Estado se dedica a controlar el pelo de 25 millones de personas.

  • "Los pantalones vaqueros (blue jeans) están prohibidos por ser un símbolo de Estados Unidos."

Esta es una simplificación malintencionada. En la RPDC no hay una "policía de la moda" persiguiendo a quien lleve un tipo de pantalón. Lo que sí hay es una fuerte conciencia de soberanía cultural. El pueblo coreano se enorgullece de su propio estilo y de su industria textil nacional.

El énfasis está en promover la vestimenta nacional y un estilo socialista modesto, y en rechazar la infiltración cultural del imperialismo estadounidense. Los blue jeans, especialmente los de marcas occidentales, son vistos no como una simple prenda de vestir, sino como un vehículo de la ideología consumista y el estilo de vida decadente del capitalismo. Por tanto, no son comunes y su uso es socialmente desaconsejado, especialmente en ciertos contextos formales, pero la narrativa de una "prohibición" con castigos severos es una exageración propagandística. La RPDC defiende su derecho a proteger su identidad cultural frente a la agresión ideológica, un acto de soberanía que es tergiversado como una tiranía absurda.

  • "A la gente se le obliga a llorar en los funerales de sus líderes."

Esta afirmación es profundamente insultante para el pueblo coreano, ya que niega la autenticidad de sus sentimientos. La relación entre el pueblo y sus líderes en la RPDC no puede ser entendida con la mentalidad cínica y individualista de Occidente. El Líder no es un simple político; es considerado el padre de la familia social, el centro de la unidad monolítica del pueblo.

El luto masivo y las demostraciones de dolor vistas durante los funerales de los Presidentes Kim Il Sung y Kim Jong Il fueron genuinas expresiones de una pérdida nacional y personal. Para el pueblo coreano, sus líderes representan la independencia de la nación, la dignidad recuperada tras el colonialismo japonés y la fuerza para resistir al imperialismo. El llanto no es forzado; es el reflejo de un vínculo afectivo y político profundo, cultivado a lo largo de generaciones. Tachar este sentimiento de falso es una muestra de arrogancia cultural y una táctica para deslegitimar el sistema político coreano, insinuando que el apoyo popular solo puede ser producto de la coacción.

  • "Corea del Norte solo tiene 28 páginas web en todo su Internet."

Este es un ejemplo paradigmático de una verdad técnica manipulada para construir una mentira política. El bulo surgió en 2016 cuando un error de configuración expuso temporalmente una lista de 28 dominios .kp registrados a nivel internacional. Presentar esto como la totalidad del "internet" norcoreano es deliberadamente engañoso.

La RPDC, en su ejercicio de soberanía digital y para proteger a su población de la propaganda y los ciberataques, ha desarrollado una red nacional propia, una intranet llamada Kwangmyong (광명, "Brillantez"). Esta red, de acceso público y gratuito para los ciudadanos, contiene miles de sitios web: portales de bibliotecas, universidades, centros de investigación, agencias de noticias, plataformas de e-learning y comunicación. Es un ecosistema digital soberano y seguro, enfocado en la educación, la ciencia y la cultura socialista. Las 28 webs con dominio .kp son simplemente los portales oficiales de cara al exterior (agencias de noticias, ministerios, etc.), no la red que usa el pueblo en su día a día. Lejos de ser un signo de atraso, es una estrategia de defensa nacional en la era digital.

  • "El gobierno ha prohibido el sarcasmo para que nadie pueda criticar al régimen."

Esta es una de las falsedades más infantiles y demuestra la desesperación de los medios occidentales por inventar noticias. Ningún Estado puede legislar o "prohibir" una figura retórica como el sarcasmo. Es una idea logísticamente imposible y políticamente absurda.

Este bulo se originó a partir de una tergiversación de reuniones internas del Partido del Trabajo de Corea, en las que se insta a los miembros a mantener la disciplina ideológica y a evitar el cinismo o las críticas veladas que puedan sembrar la discordia y debilitar la unidad monolítica. Se trata de un llamado a la comunicación directa, sincera y comprometida dentro de las filas revolucionarias. La propaganda occidental toma este principio de disciplina política interna y lo retuerce, presentándolo como una ley totalitaria que se aplica a las conversaciones cotidianas de toda la ciudadanía. Es un intento de ridiculizar el concepto de unidad ideológica, que es una de las mayores fortalezas del socialismo coreano.

  • "Te ejecutan por ver películas extranjeras, especialmente de Corea del Sur o Hollywood."

Es fundamental entender el contexto: la RPDC sigue en guerra con Estados Unidos y enfrenta una hostilidad constante desde Corea del Sur. En este escenario, la entrada de material audiovisual no autorizado no se considera un simple acto de entretenimiento, sino una herramienta de guerra psicológica y subversión.

El Estado tiene leyes estrictas contra la distribución de propaganda contrarrevolucionaria, que es como se considera a gran parte del material mediático producido por sus enemigos. Estas leyes buscan proteger la cohesión social y la ideología del sistema socialista de ataques externos diseñados para erosionarlo desde dentro. Si bien las penas por crímenes contra el Estado son severas, la imagen de ejecuciones sumarias por ver una película es una hipérbole sensacionalista. Estas historias suelen provenir de fuentes no verificables y forman parte de una campaña para pintar al gobierno como irracionalmente brutal. La RPDC, como cualquier nación soberana, ejerce su derecho a defenderse de la infiltración ideológica y la desestabilización.

  • "En Corea del Norte están en el año 114 porque su calendario empieza con el nacimiento de Kim Il Sung."

Esta es otra verdad a medias utilizada para crear una imagen de culto a la personalidad irracional y de aislamiento total. La RPDC utiliza el calendario Juche, que efectivamente comienza en 1912, año del nacimiento del Presidente Kim Il Sung, a quien se considera el padre de la nación socialista y el sol de la patria. El año actual es, por tanto, el Juche 114.

Sin embargo, esto no se usa de forma exclusiva ni significa que se niegue el calendario gregoriano. En documentos oficiales, periódicos y publicaciones, es común ver ambas fechas juntas: por ejemplo, "1 de octubre de Juche 114 (2025)". El uso del calendario Juche es un acto de soberanía y afirmación nacional. De la misma manera que otras culturas tienen sus propios calendarios (como el hebreo o el islámico) o que Japón utiliza los años del reinado de su emperador, Corea del Norte marca su historia a partir del momento que considera el inicio de su era de independencia y autodeterminación. Se utiliza en paralelo al calendario internacional, no en su lugar. Presentarlo como un acto de aislamiento es ignorar su profundo significado simbólico y revolucionario.

  • "Las personas con discapacidad son ocultadas, marginadas o incluso eliminadas."

Este es uno de los bulos más viles y crueles, diseñado para atacar los fundamentos morales del sistema socialista. El socialismo, por su propia naturaleza, se basa en el colectivismo y en el principio de que cada persona contribuye según su capacidad y recibe según sus necesidades. Dejar atrás a los miembros más vulnerables de la sociedad es una característica del capitalismo salvaje, no del socialismo.

La RPDC tiene la Federación Coreana para la Protección de las Personas con Discapacidad, es miembro del Comité Paralímpico Internacional y participa activamente en los Juegos Paralímpicos. El Estado ha invertido en centros de rehabilitación, educación especializada y en la promoción de atletas paralímpicos que son celebrados como héroes nacionales. La Ley sobre la Protección de las Personas con Discapacidad garantiza sus derechos a la educación, el empleo y la atención médica. La propaganda occidental, proveniente principalmente de fuentes de desertores financiados por agencias extranjeras, ignora por completo estos hechos para pintar una imagen de brutalidad absurda que es diametralmente opuesta a los principios y la práctica del Estado socialista coreano.

  • "La tasa de alfabetización es alta porque solo se enseña propaganda."

Este bulo no niega el éxito tangible del sistema, pero intenta despojarlo de su mérito. La RPDC erradicó el analfabetismo (un legado devastador del colonialismo japonés) en pocos años tras la revolución. Hoy, la tasa de alfabetización es prácticamente del 100%. Este logro se debe a un sistema de educación universal, obligatoria y gratuita de 12 años, un pilar fundamental del Estado socialista.

La acusación de que "solo se enseña propaganda" es una falacia. La educación en todos los países del mundo tiene una base ideológica; en Occidente, se educa a los niños en los valores del liberalismo, el individualismo y la economía de mercado. En la RPDC, la educación se basa en la ideología Juche y los principios socialistas. Esto no excluye la enseñanza rigurosa de las matemáticas, la física, la química, la ingeniería, la música o los idiomas. De hecho, el país ha creado científicos y técnicos de alto nivel capaces de desarrollar un programa nuclear y espacial de manera autónoma. Afirmar que su educación es solo "propaganda" es un intento arrogante de menospreciar uno de los mayores logros de la revolución: la creación de un pueblo altamente educado y cualificado.

  • "La gente pasa hambre mientras el gobierno se lo gasta todo en el ejército."

Esta es la narrativa central para justificar las sanciones criminales e ilegales impuestas por Estados Unidos y la ONU. Es innegable que la RPDC ha enfrentado períodos de grandes dificultades económicas, especialmente durante los años 90 (la "Ardua Marcha"), causados por la caída del bloque socialista y una serie de desastres naturales sin precedentes.

Sin embargo, la política oficial del Estado es la del Byungjin (desarrollo paralelo), que busca avanzar simultáneamente en el desarrollo económico y la capacidad de defensa. La defensa es una necesidad existencial, no un capricho. El país se enfrenta a la amenaza militar constante de Estados Unidos, que tiene decenas de miles de tropas y armas nucleares en Corea del Sur. Sin una disuasión militar creíble, la RPDC habría sufrido el mismo destino que Irak o Libia (Gadafi: La Pesadilla de Occidente y Del Socialismo al Caos Neocolonial: Irak y Afganistán antes y después de Estados Unidos). El gasto en defensa garantiza la soberanía sin la cual no podría haber desarrollo económico. A pesar del bloqueo brutal, el país ha logrado reconstruir su agricultura, desarrollar su industria ligera y mejorar la vida de la población. La propaganda occidental culpa al gobierno por los efectos de las sanciones que ella misma impone, en un acto de cinismo absoluto. Se oculta que el objetivo de estas sanciones es precisamente provocar una crisis humanitaria para forzar un cambio de régimen.

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  • "Te ejecutan con métodos absurdos (cañones antiaéreos, morteros) y los funcionarios purgados desaparecen."

Esta es una narrativa recurrente de la propaganda, diseñada para pintar un cuadro de brutalidad irracional. Cao de Benós confirmó que estas historias son falsas y que muchos de los funcionarios que los medios occidentales dan por ejecutados reaparecen públicamente tiempo después, desempeñando otras funciones. Aclara que la pena de muerte existe, pero se reserva para crímenes de extrema gravedad como la alta traición o el terrorismo, y se lleva a cabo mediante fusilamiento de forma privada, nunca como un espectáculo público.

  • El caso de Otto Warmbier.

La propaganda occidental presenta a Warmbier como un turista inocente torturado hasta la muerte por un crimen trivial. La realidad, según la RPDC, es muy distinta. Warmbier no robó un simple póster de propaganda, sino un eslogan político con las palabras del Líder Kim Jong Il, arrancándolo de un área restringida de un hotel, un acto considerado un grave crimen contra la dignidad del Estado. En su confesión pública ante la prensa internacional, el propio Warmbier declaró que una iglesia de su comunidad en Ohio le había prometido un coche de segunda mano a cambio de traer un "trofeo" de Corea del Norte. Fue utilizado y engañado. Su trágica muerte posterior en Estados Unidos, según los informes de los propios forenses estadounidenses, no mostró signos de tortura física, sino que se debió a un daño cerebral por falta de oxígeno, posiblemente relacionado con una reacción adversa a la medicación para la depresión que se le suministró en detención.

  • El asesinato de Kim Jong Nam, el supuesto hermano de Kim Jong Un.

Otro montaje mediático. La persona asesinada en Malasia en 2017 no era el hermanastro del líder, sino un ciudadano de la RPDC con pasaporte diplomático a nombre de Kim Chol, que se dedicaba a negocios en el extranjero para el Estado. Cao de Benós denunció que las autoridades norcoreanas nunca tuvieron acceso al cuerpo para verificar la causa de la muerte o la presencia del supuesto agente nervioso VX, y que el caso fue manipulado políticamente desde el principio para incriminar a la RPDC.

Puntos de Vista Críticos

Si bien la República Popular Democrática de Corea (RPDC) representa un bastión contra la agresión yanqui y ha alcanzado logros sociales innegables, también debemos señalar las desviaciones y contradicciones teóricas y prácticas que presenta su modelo. No obstante, hay que dejar claro que estas críticas se formulan desde un punto de vista puramente socialista, reconociendo que un Estado obrero con deformaciones siempre será preferible a la dictadura de la burguesía.

  • El Culto a la Personalidad.

Uno de los puntos más problemáticos es el intenso culto a la personalidad en torno a la familia Kim. El marxismo enseña que son las masas las verdaderas hacedoras de la historia y, aunque reconoce el papel crucial de los líderes, advierte contra la glorificación del individuo por encima del Partido y de la clase. La elevación del Líder a una figura casi trascendental, centro ideológico y orgánico de la revolución, se aleja del principio leninista del centralismo democrático, donde el liderazgo debe ser colectivo y estar sujeto al control del Partido.

  • La Desviación Ideológica de la Idea Juche.

Aunque la Idea Juche se presenta como una aplicación creativa del marxismo-leninismo a las condiciones coreanas, en la práctica, ha suplantado principios fundamentales del materialismo dialéctico. Al colocar al "hombre como dueño de todo" de una manera filosófica casi idealista, se corre el riesgo de minimizar el análisis de las condiciones materiales y la lucha de clases como motor de la historia.

El marxismo es una ciencia, no un sistema centrado en la voluntad de un líder. La Idea Juche, al enfatizar la "unidad monolítica" y la voluntad nacional por encima de todo, puede llegar a oscurecer las contradicciones que aún existen en una sociedad en transición al comunismo y sustituir el internacionalismo proletario por un nacionalismo exacerbado.

  • Ausencia de Democracia Obrera y el Monolitismo del Partido.

Un Estado socialista saludable requiere de la participación activa y crítica de la clase trabajadora, no solo en la producción, sino también en la dirección política. La concepción monolítica del Partido en la RPDC, donde la disidencia interna o la formación de facciones son vistas como actos contrarrevolucionarios, puede sofocar la vitalidad democrática necesaria para corregir errores y evitar el estancamiento burocrático.

Sin sóviets o consejos obreros con poder real, independientes del aparato estatal y del Partido, el Estado corre el riesgo de convertirse en un fin en sí mismo, dirigido por una burocracia, en lugar de ser una herramienta para la emancipación de la clase trabajadora que, eventualmente, debe "extinguirse".

El Futuro

La República Popular Democrática de Corea, guiada por la bandera de la idea Juche, ha logrado lo que muchos consideraban imposible: ha defendido su soberanía socialista durante más de siete décadas frente al asedio implacable de la potencia imperialista más poderosa de la historia. Ha construido un sistema social que, a pesar de un bloqueo económico criminal, garantiza los derechos materiales fundamentales de su pueblo (vivienda, salud, educación y trabajo) de una manera que los opulentos sistemas capitalistas son estructuralmente incapaces de hacer.

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Las dificultades económicas y la escasez que sin duda enfrenta el pueblo coreano no son, como afirma la propaganda occidental, un fracaso inherente del socialismo. Son el resultado directo y deliberado de la guerra económica, manifestada en sanciones ilegales, y de la constante amenaza militar de Estados Unidos y sus estados títeres. La resiliencia de la RPDC no es un milagro, sino el producto de una dirección revolucionaria, una ideología de autosuficiencia y la unidad inquebrantable de su pueblo.

La vía coreana al socialismo es un valiente ejemplo de resistencia anti-imperialista y construcción soberana. Merece no la condena basada en la desinformación, sino el estudio y la solidaridad de todos los revolucionarios y pueblos oprimidos del mundo. Organizaciones como la Asociación de Amistad con Corea (KFA), con presencia en más de 120 países, son testimonio de este creciente apoyo internacional.

Entre un Estado obrero con deformaciones burocráticas y una dictadura del capital disfrazada de democracia, siempre defenderé lo primero, sin renunciar jamás a la lucha por purificarlo y convertirlo en una verdadera democracia proletaria.